¡Felices Pascuas! en el mundo

¡Felices Pascuas! en el mundo

Hay tradiciones que siempre formaron parte de mi familia, y hay otras que fui adquiriendo con la vida, pero lo que más me gusta es saber cómo festejan en otras partes del mundo una misma fecha: la Pascua.

 

 

En la tradición cristiana, la Pascua y Semana Santa son época de reflexión en la que se recuerda la muerte de Cristo y su resurrección. Es una fiesta móvil, ya que año a año se marca la fecha teniendo en cuenta la primera luna llena luego del equinoccio de marzo, así que nunca cae antes del 22 de marzo o después del 25 de abril.

Semana Santa comienza el Domingo de Ramos, y los fieles acuden a misa con ramos de olivo. Esos ramos son bendecidos, conmemorando así la entrada de Jesús a Jerusalén. Al año siguiente se queman las ramas para sahumar las casas y cambiarlas por ramos nuevos, aunque los ramos bendecidos también pueden regalarse a seres queridos como símbolo de protección.

 

Foto: decartagena.info

 

Recuerdo que de chica la Pascua era una gran celebración. El Sábado Santo pintábamos huevos duros con mis hermanos, y los dejábamos en canastitas para que “el conejito pudiera esconderlos”. El domingo desayunábamos temprano para ir a la iglesia, e iba encantada porque el pastor organizaba cacería de huevos de chocolate! Después íbamos a almorzar a lo de mi abuela donde ella había organizado una comida espectacular para toda la familia, y no recuerdo bien en qué consistía el menú, pero sí recuerdo algo que nunca faltaba: las Berliner Pfannkuchen, una especie de bollo frito relleno con mermelada.

Después de comer, los grandes nos avisaban que habían visto por el jardín al conejo de Pascua (“Osterhase” en alemán), y que podíamos salir a buscar lo que había dejado. Todos los niños corríamos en tropel para buscar unas canastitas llenas de huevos duros pintados a mano, conejitos, y huevos de chocolate envueltos en diferentes colores.

 

 

La búsqueda de huevos es bastante común en países como Estados Unidos, Canadá, Alemania, Suiza y Francia, entre otros. Se hacen cacerías comunitarias organizadas por las intendencias, y buscan unir a los niños de una misma zona. Los juegos y actividades grupales son bastantes comunes. Por ejemplo, en Estados Unidos la Casa Blanca organiza un juego llamado “Easter egg roll” (“A rodar el huevo de Pascua”) donde los jugadores, entre los que siempre está el presidente, empujan huevos pintados con palos hasta una meta. Este juego es el punto culminante de los festejos, y se lleva a cabo el lunes posterior al domingo de Pascua.

 

Foto: Chicagotribune.com

 

Cuando me casé pasé a festejar la Pascua con la familia de mi marido. Pude vivir un festejo diferente, con las tradiciones que un tío belga les había inculcado. No era el conejo el que escondía los huevos, sino las campanas que, en su camino de Roma, iban tirándolos por el camino. Esa tradición me parecía muy curiosa ya que yo soy de la escuela del conejito. El tío de mi marido hacía sonar las campanas antes de que los chicos salieran a buscar los huevos, y leyendo para esta nota descubrí que es muy común en países como Austria, Bélgica, Francia y Holanda.

Desde el Jueves Santo hasta la misa del Domingo de Pascua no se oye repicar ninguna campana de iglesia, un símbolo de luto por la muerte de Cristo. En el imaginario de la gente, o lo que los padres le dicen a sus hijos, todas las campanas volaron a Roma llevándose la tristeza de los creyentes, pero vuelven en Pascua cargadas de regalos, huevos, y campanitas de chocolate. En los países donde esto se practica, puede escucharse el ruido de las matracas que hacen sonar los monaguillos, de camino a la iglesia.

 

 

Una de las tradiciones más extendidas y arraigadas es la del huevo de Pascua. Se remonta al siglo IV, época en la que la iglesia no permitía el consumo de huevos durante la Cuaresma. La producción de las gallinas se acumulaba y, como en Domingo de Resurrección terminaba la restricción, fue naciendo la tradición de compartir o regalar esos huevos. Con el tiempo fueron adornándose y pintándose para mejorar su presentación, y muchos siglos después los pasteleros europeos representaron los huevos con azúcar. Sólo desde hace 5 siglos se elaboran huevos con chocolate. En los países de tradición ortodoxa se pinta los huevos de color rojo oscuro para interpretar la sangre de Cristo.

 

 

En estas latitudes, una figura importante de la Pascua es el conejo. Hay leyendas acerca de que en el sepulcro de Cristo había un conejo escondido, pero yo le creo más a la versión de que el conejo fue asociado (sin orígenes precisos) como símbolo de la Pascua y la primavera por su gran fertilidad. En esta época del año, el hemisferio norte sale del invierno, por eso se mezclan las tradiciones consagradas al comienzo de la primavera y la resurrección de Cristo. El conejo fue nombrado por primera vez en una obra de Georg Franck Von Frankenau, de origen alemán, en 1682, pero se cree que sus orígenes están asociados a la diosa Easter y las celebraciones de primavera pre-cristianas.

En países como Suecia, Alemania, Austria, Suiza y Estados Unidos, el conejito cumple un rol muy importante, mientras que en otros lugares como Francia y Bélgica son las campanas de Pascua las que vuelven de Roma cargadas de chocolate para los niños.

Un dato interesante es que en Australia, como el conejo es considerado una plaga, se trata de suplantar al clásico conejito por el “bilby” (marsupial), el símbolo nacional en peligro de extinción.

 

 

Hay algunas tradiciones de Pascua que están bastante extendidas, pero hay otras que se hacen más localmente. Por ejemplo, en Brasil y Portugal fabrican muñecos de paja simbolizando a Judas, el apóstol que traicionó a Jesús. La gente cuelga esos muñecos en la calle y los destruye a golpes y fuego. Últimamente se han representado, además de Judas, a figuras políticas que se han visto envueltas en escándalos.

En Reino Unido se festeja la Pascua con distintos tipos de eventos deportivos. Se corren carreras donde los participantes llevan unas sartenes con tortitas, y las van tirando al aire mientras tanto. Gana el que llega a la meta sin que se le haya caído la torta al piso. Otra carrera es la tradicional “egg rolling”, donde se deja rodar huevos duros colina abajo para ver cual llega más lejos. Se dice que esto hace referencia a la piedra de la tumba de Jesús. En cuanto a la comida, en Reino Unido se hacen los “hot cross buns”, un tipo de pancito que tiene una cruz en la superficie y simboliza la crucifixión de Cristo.

 

 

La Pascua griega se celebra después de la Pascua Católica ya que se rigen por el calendario juliano, y es una de sus fiestas más importantes. En la isla de Corfú, el sábado de Pascua tienen como tradición tirar ollas de barro desde las terrazas. El domingo de Pascua suele cocinarse cordero, y los huevos son pintados de rojo para representar la sangre de Cristo.

En Francia, desde hace tres décadas se elabora en la ciudad de Haux una tortilla gigante. Se elabora el domingo de Pascua, empleando miles de huevos, y se sirve a los locales el lunes posterior. Si bien se celebra hace relativamente poco tiempo, se cree que esta tradición fue iniciada por Napoleón cuando exigió que se le diera a sus soldados un plato grande con huevos. Cada año la tortilla se va acrecentando, y el año pasado llegó a usar 10.000!

 

 

En la ciudad española de Verges, los hombres se disfrazan de esqueletos y hacen un baile de la muerte. Se realiza el Jueves Santo y representa el juicio final cuando se decide si el alma de una persona va al cielo, purgatorio o infierno. Otro festejo más ortodoxo es la serie de procesiones que se realizan por toda España. La más importante se hace en Sevilla, donde se reúnen 50 cofradías para desfilar juntas por sus calles.

 

 

Ya tienen un pantallazo de lo que está sucediendo alrededor del mundo en el día de hoy. No importa tanto el huevo de chocolate sino recordar porqué lo estamos dando, y apreciar la magnitud de las celebraciones a través de diferentes culturas unidas bajo el ala del cristianismo.

 

 

¡Felices Pascuas!