Un hotel atendido por sus dueños

Un hotel atendido por sus dueños

La playa de Solanas es una de las más lindas, anchas y de tranquilo mar que ofrece el Este de Uruguay. No en vano es imán para aquellas personas que prefieren pasar unas vacaciones de descanso, lejos del barullo, y en sintonía con el entorno. El hotel, que abrió sus puertas en 1948, ha sido testigo de más de 70 veranos, y hoy está a cargo de Ernesto Merzario y su familia, manteniendo la tradición de su padre, quien lo inició todo.

 

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Atardeceres en la playa Solanas

 

Primeras impresiones

Cuando uno llega a Terraza del Mar ya se siente como en casa. Un gran lobby en madera y piedra da la bienvenida a quienes venimos escapando del trajín de la ciudá, buscando un remanso de paz. El hotel se encuentra en una de las zonas residenciales más lindas de Solanas, planificada por el arquitecto Bonet, que disfruta de calles anchas y sinuosas, bosquecitos y mucho, mucho verde. El lobby y muchas de las habitaciones forman parte del hotel original, donde se ve carpintería de altísima calidad tanto en aberturas como el piso (parquet en espiga), ventanales altos como el cielo con altos cortinados, y los beneficios de la vida moderna como el frigobar, la tv y el aire acondicionado. Habitaciones amplias y cómodas como se ve cada vez menos.

 

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Hacia el fondo del hotel, con su piscina

 

Sus inicios

La familia Merzario ha llevado las riendas del hotel desde sus comienzos, allá por el 50, cuando familias enteras venían a instalarse por un mes, o incluso todo el verano. La dinámica del hotel era otra, con servicio gastronómico bajo la forma de Buffet, y muchas zonas comunes que me imagino habrán forjado varias amistades. Hoy en día el tipo de servicio es a la carta, más adecuado a lo que pedimos nosotros los clientes, pero manteniendo el mismo sello de calidad que los caracterizó siempre. De hecho, charlando con Ernesto, descubrí que siguen elaborando la misma receta de licuado de duraznos que hacían en sus inicios, y que el sándwich caliente (o tostado) se hace de determinada manera para que la cantidad de relleno sea perfecta, bien húmedo en el interior, y con pan crocante y dorado por fuera. Con el cuidado que le tienen a estos detalles, ¡se ganaron mi corazón!

 

 

 

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Sus sándwiches calientes son una especialidad

 

Vida de dúplex

La habitación que ocupamos es muy acogedora y perfecta para estadías largas. Cuenta con dos plantas, siendo la planta baja un living amplio con gran terraza, y la planta alta la zona de dormitorios, el principal con baño en suite y terraza con vista al mar y la piscina. Al lado está el segundo dormitorio, ideal para una familia con chicos de más de 5, 6 años.

La cama matrimonial es tamaño Queen, y muy cómoda! Los baños mantienen los azulejos originales, pero se han renovado los artefactos sanitarios para modernizar. En cuanto al espacio de almacenaje, entre roperos y cómodas ¡¡podría haber mudado mi ropero entero!!

Instalaciones

El hotel se encuentra en un predio espectacular de 10.000 mts2, con jardines muy bien cuidados y un césped envidiable. Ante tanta perfección, mi hijo no pudo evitar jugar al fútbol con otros niños… ¡Era casi como jugar en el estadio Centenario!

La piscina, una de las más recientes incorporaciones del hotel, se roba todas las miradas. Perfecta para un baño entre horas, era lo que el hotel precisaba para quienes a veces nos hartamos de la arena. Un dato que me pareció super interesante es que no la mantienen con cloro, sino con un sistema a base de sal, evitando irritaciones en la piel y ojos, sequedad del pelo, etc.. Cuando subí fotos a mis redes sociales me preguntaron si era climatizada, que no lo es, y no precisa. Recibe todo el calor del sol hasta las 5 de la tarde, manteniéndola bastante tibiecita al anochecer. Como el hotel abre sólo en verano, tener una piscina interior climatizada no justifica.

 

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En torno a ella hay varias reposeras, mesas y sillas donde almorzar entre baño y baño, pudiendo elegir las opciones más elaboradas que sugiere el Chef, o las clásicas de la carta como bocatas, sándwiches de todo tipo, y ensaladas. Eso sí, ¡¡no se pueden perder de probar el chivito canadiense!! ¡¡Yo les avisé!!

 

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El chivito canadiense, otra de sus especialidades

 

Restaurante de primera

La experiencia de hospedaje en Terraza del Mar termina siendo mucho más de lo que ya se esperaba gracias a su restaurante. Llamado “Las Vieiras”, no podría escribir un review sin alabarlo adecuadamente. Luego de haber conocido su propuesta, ni se me pasó por la cabeza ir a otro lado. La buena noticia, y acá les estoy pasando un gran pique, es que está abierto para huéspedes y público en general. De haber sabido antes…

La carta del restaurante tiene dos partes: el menú fijo con las opciones clásicas y originales de la casa, y las sugerencias del Chef. Ahí es donde se animan a jugar al estilo Cuisine du Marché, ofreciendo siempre platos tan tentadores como variados, y haciendo un modesto alarde de todo su savoir faire. Comparto algunas fotos de lo que fui probando durante mi estadía, para que hagan boca…(¡y se animen!)

 

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Escabeche de mariscos, una de las sugerencias con las que el Chef nos sorprendió!
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Filet Mignon con salsa de hongos y papas campesinas
Fideuá de mariscos, el mejor que he probado!

 

Reflexiones

Cuando uno, en el papel de huésped, va llegando al final de su estadía, comienza a captar la dinámica del hotel. Mientras decidía como titular esta nota, me di cuenta que lo que mejor representa al hotel es su gente; tanto la familia Merzario como al personal que los acompaña desde hace años (¡algunos de ellos décadas!). “Atendido por sus dueños” porque se los ve todo el día yendo y viniendo, desde que inauguran temporada hasta que la cierran (fin de febrero btw), por su buena predisposición , y porque al fin de cuentas eso es ser un buen anfitrión; ¡hacer sentir a uno como en casa!

 

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Servicio del Gazpacho ¡una obra de arte!

 

¡La recomendación queda hecha! La próxima vez que realmente quieran tomarse unos días off, sin más preocupaciones que qué pedir del menú, cuando quieran hacer tremendas caminatas por la playa, y ver los mejores atardeceres… ¡ya saben! El verano está llegando a su fin, ¡y hay que aprovecharlo!

 

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Bocatas al pie de la piscina; ésta de salmón ahumado y alcaparras

 

Un agradecimiento mega especial a todo el equipo del hotel Terraza del Mar!! Su cálido recibimiento y dedicación fueron la inspiración para escribir esta nota.

 

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