Dijon es más que la mostaza

Dijon es más que la mostaza

Viviendo en Francia no tenía mucho tiempo libre para hacer viajes largos. Mi marido y yo estudiábamos, y muchos fines de semana estaban destinados a los libros. Una vez, mágicamente, los dos tuvimos sábado y domingo completamente libres y se nos ocurrió visitar alguna ciudad.

Recuerdo estar buscando en Google maps algún lugar que me llamara la atención, y se me apareció «Dijon». Miré algunas fotos, me copó y compré los pasajes de tren. Al día siguiente en el instituto le comento a una de mis compañeras francesas a donde iba a ir, y ella me responde «Dijon? Qué hay en Dijon? Sólo hay mostaza!». Menudo comienzo para nuestro viajecito… Por suerte no tuvo razón!

 

 

Dijon nos impresionó por la diversidad de su arquitectura. Hay un barrio medieval completamente mantenido, pero también edificaciones renacentistas y góticas. Para los arquitectos es un must! Se puede visitar caminando, y la zona histórica tiene unas placas de bronce en el piso indicando un recorrido por los lugares emblemáticos con descripciones. Además, desde la maison de tourisme  (oficina de turismo) salen muchas excursiones a viñedos y granjas.

 

 

Pero aunque todo es divino, a mi me interesaba la comida! Antes de ir investigué un poco y descubrí que Dijon, además de ser archifamosa por la mostaza, es la cuna del pain d’épices (recomiendo ir a comprar a Moulot & Petitjean). El sábado temprano queríamos ver el mercado central, la gente comprando, el movimiento de los lugareños, y fuimos a Halles du Marché…

 

 

Todo lucía tan perfecto que daba ganas de comprar, comer, comprar, comer…

 

 

Y obvio que sucumbimos al placer y entramos en la panadería Paul. Compramos los sandwiches calientes más deliciosos que uno se pueda imaginar! Yo elegí uno de pollo grillado con queso Emmental, todo mezclado con abundante salsa blanca y, obvio, mostaza Dijon. Como el clima estaba frío, ese sandwich caliente fue clave para poder seguir caminando sin parar. Uno podría intentar imitar la receta, pero sin ese pan todo es en vano. Es la clave!

 

 

Nuestra cena al mejor estilo «dejo todo en la cancha». Un camembert rôti sobre papas a la crema y panceta.

 

 

Así que te recomiendo pasar por Dijon al menos un día y medio, dos días o tres y regocijar tus papilas gustativas con comida de la buena! Hay muy buen vino, muy buenos quesos (los restaurantes te ofrecen degustaciones y productos de la zona), y la abundancia de pastelerías es impresionante. Mezclate entre la gente en los días de mercado, desayuná en un pequeño bistrot escuchando francés al lado, y disfrutá!