Si les tienta disfrutar de un latte, no tienen porqué hacer 3 hs de cola para ir a Starbuck’s. Hacerlo en casa requiere menos tiempo y fuerzas de lo que podrían imaginarse, y podrán disfrutar de la bebida ideal para el frío. No veo mejor …
Estoy super emocionada por este post, no sólo porque la torta es mega rica, sino porque van a precisar no más de 4 ingredientes para hacerla!! 😁 Hace tiempo que venía con esta idea en la cabeza… Siempre hago los coquitos de 3 ingredientes. …
Este plato es muy especial, y la definición de lo que para mi es «comfort food«. No sólo es una receta simple de hacer, sino que además mata tres pájaros de un tiro. Plato, guarnición y salsa solucionados. Un hit! 😋 Este pollo relleno al horno es la solución ideal para esas cenas más elaboradas sin que requiera más trabajo.
Desde que tengo uso de razón recuerdo comer este plato para Navidad. Por eso será que lo asocio a fiesta, encuentro, familia, armonía, y no hay nada más lindo que prepararlo cada tanto para revivir el sentimiento. Siempre preparábamos pato o ganso, pero últimamente se ha vuelto difícil conseguir esas aves, y terminamos horneando un buen pollo de granja. Yo me encargo de las manzanas, mamá de preparar el pollo, y mi hermana lo rellena y lo cose para que no se escape nada. Papá se encarga del horno y de bañarlo cada tanto. Un trabajo en equipo al 100 x cien! El resultado? El mejor pollo relleno al horno!
Si quieren agregar alguna guarnición a la mesa, unas papas hervidas y/o una ensalada verde van a estar más que bien! En casa también lo servimos con rotkohl, repollo colorado cocido con manzana y vinagre.
De postre generalmente sirvo una Pavlova con frutos rojos, o hago un mix con los que haya en temporada.
Tips para hacer el mejor pollo relleno al horno
Una de las preguntas que más frecuentemente me hacem es ¿cuánto tiempo cocino el pollo? A todos nos da terror que quede crudo en el centro, estar sirviendo la comida y tener que devolverlo al horno. Eso se soluciona calculando el tiempo de horno de acuerdo al peso del pollo. Se estiman 45 minutos de horneado a 180ºC por cada kilo de pollo. Además, para que la superficie quede bien crujiente y dorada, es recomendable bañarlo con un poco de agua o caldo cada 20 minutos.
Cuando rellenan un ave, recuerden cerrar la entrada con mondadientes o aguja e hilo grueso.
Y qué les puedo decir del relleno? Es una delicia que se va cocinando lentamente dentro del pollo, adquiriendo un aroma y sabor que no obtendría de otra forma. Los convencí? 😅
Pollo entero sin menudos, 1 unidad de 1.5 kg aprox
Mondadientes, 4 o 5
Sal y pimienta, a gusto
Almidón de maíz, 1 Cda aprox
Instructions
Precalentar el horno a 180ºC.
Pelar, cortar las manzanas en octavos y sacarles el centro. Mezclar con las pasas y salar ligeramente.
Rellenar el pollo y cerrarlo con los mondadientes. Salpimentarlo a gusto por fuera y colocarlo en una fuente para horno que no sea demasiado llana.
Hornearlo por aprox 1 hora 15 minutos, bañándolo cada tanto con agua o caldo. El pollo demora aprox 45 minutos por kilo, así que deberemos calcular dependiendo del tamaño de la pieza que estemos haciendo.
Una vez pasado ese tiempo retirar del horno, pasarlo a una fuente de servicio y recuperar todo el jugo de la fuente. Espesarlo en una ollita con almidón de maíz diluido en agua.
Retirar los mondadientes, vaciar el pollo colocando el relleno en una fuente, y cortar en presas. Servir acompañado de la salsa.
Arranquemos la semana con un café rico y diferente, preparado al estilo vietnamita! El café no es un producto nativo de Vietnam, que fue introducido al país durante la colonización francesa del siglo XIX. En las últimas décadas se ha transformado en un …
En el blog no podía faltar una BUENA receta de flan casero, de esos que nos recuerdan a la cocina de la abuela, suntuosos (y con un buen copete de dulce de leche 😋). Con sólo teclear «flan casero» en el buscador, saltan millones …
Hay tradiciones que siempre formaron parte de mi familia, y hay otras que fui adquiriendo con la vida, pero lo que más me gusta es saber cómo festejan en otras partes del mundo una misma fecha: la Pascua.
En la tradición cristiana, la Pascua y Semana Santa son época de reflexión en la que se recuerda la muerte de Cristo y su resurrección. Es una fiesta móvil, ya que año a año se marca la fecha teniendo en cuenta la primera luna llena luego del equinoccio de marzo, así que nunca cae antes del 22 de marzo o después del 25 de abril.
Semana Santa comienza el Domingo de Ramos, y los fieles acuden a misa con ramos de olivo. Esos ramos son bendecidos, conmemorando así la entrada de Jesús a Jerusalén. Al año siguiente se queman las ramas para sahumar las casas y cambiarlas por ramos nuevos, aunque los ramos bendecidos también pueden regalarse a seres queridos como símbolo de protección.
Foto: decartagena.info
Recuerdo que de chica la Pascua era una gran celebración. El Sábado Santo pintábamos huevos duros con mis hermanos, y los dejábamos en canastitas para que “el conejito pudiera esconderlos”. El domingo desayunábamos temprano para ir a la iglesia, e iba encantada porque el pastor organizaba cacería de huevos de chocolate! Después íbamos a almorzar a lo de mi abuela donde ella había organizado una comida espectacular para toda la familia, y no recuerdo bien en qué consistía el menú, pero sí recuerdo algo que nunca faltaba: las Berliner Pfannkuchen, una especie de bollo frito relleno con mermelada.
Después de comer, los grandes nos avisaban que habían visto por el jardín al conejo de Pascua (“Osterhase” en alemán), y que podíamos salir a buscar lo que había dejado. Todos los niños corríamos en tropel para buscar unas canastitas llenas de huevos duros pintados a mano, conejitos, y huevos de chocolate envueltos en diferentes colores.
La búsqueda de huevos es bastante común en países como Estados Unidos, Canadá, Alemania, Suiza y Francia, entre otros. Se hacen cacerías comunitarias organizadas por las intendencias, y buscan unir a los niños de una misma zona. Los juegos y actividades grupales son bastantes comunes. Por ejemplo, en Estados Unidos la Casa Blanca organiza un juego llamado “Easter egg roll” (“A rodar el huevo de Pascua”) donde los jugadores, entre los que siempre está el presidente, empujan huevos pintados con palos hasta una meta. Este juego es el punto culminante de los festejos, y se lleva a cabo el lunes posterior al domingo de Pascua.
Foto: Chicagotribune.com
Cuando me casé pasé a festejar la Pascua con la familia de mi marido. Pude vivir un festejo diferente, con las tradiciones que un tío belga les había inculcado. No era el conejo el que escondía los huevos, sino las campanas que, en su camino de Roma, iban tirándolos por el camino. Esa tradición me parecía muy curiosa ya que yo soy de la escuela del conejito. El tío de mi marido hacía sonar las campanas antes de que los chicos salieran a buscar los huevos, y leyendo para esta nota descubrí que es muy común en países como Austria, Bélgica, Francia y Holanda.
Desde el Jueves Santo hasta la misa del Domingo de Pascua no se oye repicar ninguna campana de iglesia, un símbolo de luto por la muerte de Cristo. En el imaginario de la gente, o lo que los padres le dicen a sus hijos, todas las campanas volaron a Roma llevándose la tristeza de los creyentes, pero vuelven en Pascua cargadas de regalos, huevos, y campanitas de chocolate. En los países donde esto se practica, puede escucharse el ruido de las matracas que hacen sonar los monaguillos, de camino a la iglesia.
Una de las tradiciones más extendidas y arraigadas es la del huevo de Pascua. Se remonta al siglo IV, época en la que la iglesia no permitía el consumo de huevos durante la Cuaresma. La producción de las gallinas se acumulaba y, como en Domingo de Resurrección terminaba la restricción, fue naciendo la tradición de compartir o regalar esos huevos. Con el tiempo fueron adornándose y pintándose para mejorar su presentación, y muchos siglos después los pasteleros europeos representaron los huevos con azúcar. Sólo desde hace 5 siglos se elaboran huevos con chocolate. En los países de tradición ortodoxa se pinta los huevos de color rojo oscuro para interpretar la sangre de Cristo.
En estas latitudes, una figura importante de la Pascua es el conejo. Hay leyendas acerca de que en el sepulcro de Cristo había un conejo escondido, pero yo le creo más a la versión de que el conejo fue asociado (sin orígenes precisos) como símbolo de la Pascua y la primavera por su gran fertilidad. En esta época del año, el hemisferio norte sale del invierno, por eso se mezclan las tradiciones consagradas al comienzo de la primavera y la resurrección de Cristo. El conejo fue nombrado por primera vez en una obra de Georg Franck Von Frankenau, de origen alemán, en 1682, pero se cree que sus orígenes están asociados a la diosa Easter y las celebraciones de primavera pre-cristianas.
En países como Suecia, Alemania, Austria, Suiza y Estados Unidos, el conejito cumple un rol muy importante, mientras que en otros lugares como Francia y Bélgica son las campanas de Pascua las que vuelven de Roma cargadas de chocolate para los niños.
Un dato interesante es que en Australia, como el conejo es considerado una plaga, se trata de suplantar al clásico conejito por el “bilby” (marsupial), el símbolo nacional en peligro de extinción.
Hay algunas tradiciones de Pascua que están bastante extendidas, pero hay otras que se hacen más localmente. Por ejemplo, en Brasil y Portugal fabrican muñecos de paja simbolizando a Judas, el apóstol que traicionó a Jesús. La gente cuelga esos muñecos en la calle y los destruye a golpes y fuego. Últimamente se han representado, además de Judas, a figuras políticas que se han visto envueltas en escándalos.
En Reino Unido se festeja la Pascua con distintos tipos de eventos deportivos. Se corren carreras donde los participantes llevan unas sartenes con tortitas, y las van tirando al aire mientras tanto. Gana el que llega a la meta sin que se le haya caído la torta al piso. Otra carrera es la tradicional “egg rolling”, donde se deja rodar huevos duros colina abajo para ver cual llega más lejos. Se dice que esto hace referencia a la piedra de la tumba de Jesús. En cuanto a la comida, en Reino Unido se hacen los “hot cross buns”, un tipo de pancito que tiene una cruz en la superficie y simboliza la crucifixión de Cristo.
La Pascua griega se celebra después de la Pascua Católica ya que se rigen por el calendario juliano, y es una de sus fiestas más importantes. En la isla de Corfú, el sábado de Pascua tienen como tradición tirar ollas de barro desde las terrazas. El domingo de Pascua suele cocinarse cordero, y los huevos son pintados de rojo para representar la sangre de Cristo.
En Francia, desde hace tres décadas se elabora en la ciudad de Haux una tortilla gigante. Se elabora el domingo de Pascua, empleando miles de huevos, y se sirve a los locales el lunes posterior. Si bien se celebra hace relativamente poco tiempo, se cree que esta tradición fue iniciada por Napoleón cuando exigió que se le diera a sus soldados un plato grande con huevos. Cada año la tortilla se va acrecentando, y el año pasado llegó a usar 10.000!
En la ciudad española de Verges, los hombres se disfrazan de esqueletos y hacen un baile de la muerte. Se realiza el Jueves Santo y representa el juicio final cuando se decide si el alma de una persona va al cielo, purgatorio o infierno. Otro festejo más ortodoxo es la serie de procesiones que se realizan por toda España. La más importante se hace en Sevilla, donde se reúnen 50 cofradías para desfilar juntas por sus calles.
Ya tienen un pantallazo de lo que está sucediendo alrededor del mundo en el día de hoy. No importa tanto el huevo de chocolate sino recordar porqué lo estamos dando, y apreciar la magnitud de las celebraciones a través de diferentes culturas unidas bajo el ala del cristianismo.
La semana pasada entramos en otoño, y parece que el clima se lo tomó en serio! Me vine al campo a pasar semana santa y me quedé corta de abrigo. Ya se siente el viento fresco, hay colchones de hojas caídas bajo los árboles, y …
Hace unos días tuve el honor de (re)descubrir un rinconcito de nuestro país: Colonia del Sacramento. Fui invitada por Radisson Hotel, junto a otros medios de prensa rioplatese, a disfrutar de sus instalaciones y visitar varios puntos maravillosos del departamento. Son 180 los kilómetros …
Hay una simple razón por la cual llamo «experiencias» a una de las pestañas del blog. Comer es una necesidad humana básica que generalmente transformamos en un acto mecánico, pero cuando logramos elevar el nivel y hacerlo con arte la estamos transformando en una verdadera experiencia. Una experiencia de buen comer puede llegar a emocionarnos, hacernos recordarla mucho después de haberla vivido. A veces esa comida es un sabor de nuestra infancia, probar algo nuevo, o como en el caso de mi última cena, sentirse transportado a Francia por la simple degustación de un bocado.
«Goût de France» («gusto de Francia») es una iniciativa del ministerio francés de asuntos extranjeros y el chef Alain Ducasse. Juntos crearon en 2015 un evento que se celebró el pasado 21 de marzo por 4ta vez, y al que se sumaron 3000 restaurantes de más de 150 países en los 5 continentes. Chefs de todo el mundo no se hicieron rogar para adherir a una fiesta que tiene como objetivo celebrar la gastronomía francesa. Este año, Alain Ducasse invitaba a los chefs participantes a rendir homenaje a través de sus platos a Paul Bocuse, fallecido el pasado 20 de enero.
Clásica o moderna, no hay más que una sola cocina… la buena.
Paul Bocuse
En Montevideo fueron 10 los restaurantes que se unieron al festejo, y «1921» del hotel Sofitel Montevideo fue uno de ellos. El chef ejecutivo Kaywa Hilton, junto a su sous-chef Mauro Jones y todo el equipo, creó un menú inspirado en la gastronomía francesa con toques locales. Para quienes no pudieron participar de la cena el 21 de marzo, buenas noticias! El restaurante 1921 servirá el menú hasta hoy sábado 24 de marzo, una oportunidad única para disfrutarlo en un entorno bien à la française.
Los vinos ocupan uno de los pilares de la gastronomía francesa, por lo que para esta ocasión el restaurante eligió acompañar el menú con vinos franceses. Pedí el «Wine Flight«, un servicio típico de la cadena Sofitel donde el Sommelier te trae una selección de tres vinos de acuerdo a la comida.
La cena consta de 5 pasos: un amuse-bouche, entrada, plato principal, queso y postre. Si quieren vivir la experiencia con el factor sorpresa les sugiero que dejen de leer acá, yo ya les avisé. Si continúan leyendo, pónganse babero!
El amuse-bouche es por regla general algo mínimo, previo a la entrada, que nos prepara para la comida y ofrece una pista del estilo del chef. La traducción literal al español es «entretener boca», y este paso hace exactamente eso, meternos en ambiente para la cena que se viene. En este caso fue una espuma de vichyssoise al jengibre confit y puerro crocante, y me recomendaron acompañarlo con un Sauvignon Blanc de Bordeaux, Mouton Cadet, añada 2013.
La entrada fue un huevo orgánico a la florentine y crema de queso colonia. Esta forma de preparar el huevo incluye espinacas, que fueron presentadas en forma de puré. La crema de queso colonia es servida en la mesa por el mozo, un lindo detalle que le agrega acción al servicio del plato, pero lo que más me gustó fue que el huevo tenía la yema perfectamente líquida dentro de la clara cocida. No es una tarea nada fácil, requiere mucha práctica y timing!
El vino para acompañar la entrada fue un rosé de Côtes de Provence, Domaine Houchart, año 2016. El Sommelier lo eligió especialmente porque no compite con la grasitud y textura del huevo.
Momento del plato principal, qué momento! El medallón de lomo Black Angus, con emulsión de foie gras y papas maxim’s se llevó los aplausos en nuestra mesa. Mi recomendación es que lo pidan bleu, hecho vuelta y vuelta con el corazón bien rojo y jugoso. El vino elegido para disfrutar la carne fue un tinto de corte de la zona de Bordeaux, Légende, año 2015.
Las papas maxim’s se llaman así en honor al célebre restaurante parisino, y se hornean untadas en manteca clarificada hasta que estén doradas y crocantes. Una guarnición simple y deliciosa, que tiene técnica e historia.
Un menú francés completo incluye un plato de queso antes del postre (o en vez del postre), y para esta oportunidad pude probar queso brie trufado y brioche de cereza amarena. Fue una excelente transición entre el plato principal y el postre, uniendo lo mejor de ambos mundos. El queso estaba tibio, el centro de trufa con cierta crocantez, y el brioche tostado aportó lo suyo para irnos preparando hacia el final.
Y finalmente… el postre: Paris-Brest al dulce de leche y praliné de maní. Para este paso el Chef decidió sustituir la clásica crème mousseline pralinée y usar un producto local. El resultado fue una crema mousseline donde se sentía el dulce de leche sin empalagar, misión cumplida!
La pâte à choux estaba excelentemente ejecutada, y me encantaron las diferentes texturas que conformaron el plato. La decoración hizo del postre un excelente broche de oro, literal y metafóricamente hablando.
Me alegra que el restaurante haya extendido la propuesta por unos días más, así pude disfrutarlo ayer 23 y otros podrán hacerlo hoy 24. El precio por persona es de USD 65 y el «wine flight» (selección de 3 vinos) sale USD 15.
Quiero agradecer a Sofitel Montevideo por su invitación a vivir «Goût de France» chez eux, y a todo el equipo de su restaurante «1921». Su atención y calidad humana hicieron de esta cena una verdadera experiencia gastronómica!
No hay nada como un plato simple, rico y sano. Este salmón lo tiene todo! Se cocina al horno cubierto con un delicioso pesto, y aprovechamos los espacios libres de la asadera para hacer unos tomates. La ensalada de quinoa y choclo acompaña lo que …