Etiqueta: Francia

Crème caramel de café

Crème caramel de café

En el mundo entero, el café es la bebida matinal energizante preferida, pero esta vez vuelvo a usarlo como ingrediente principal en un postre increíble. Con ustedes… Crème caramel!     La crème caramel, así como el clásico flan, es de origen francés pero aunque 

Vino caliente y un paseo por Paris

Vino caliente y un paseo por Paris

Los últimos días de un viaje te hacen abrir los ojos, tratar de aprovechar al máximo cada momento porque pronto se acabará. Así me sentía en París la última vez que estuve, buscando inspiración en cada vidriera, en cada esquina, y tomando ideas para compartir 

Navidad en Lafayette Gourmet

Navidad en Lafayette Gourmet

En septiembre y octubre estuve de viaje en Francia, y durante los últimos días de estadía tuve la suerte de probar un bocado de Navidad en París. Para quienes vivimos las fiestas en el hemisferio sur, pasarlas con frío y nieve resulta una fantasía y, si bien no llegué a ver los mercados navideños, pude apreciar el espíritu por medio de las decoraciones recién puestas.

 

 

Justamente, los primeros días de noviembre se genera todo un cambio en la ciudad por la llegada del otoño. Aparecen los vendedores ambulantes de castañas, los kioskos cambian el helado por vino caliente, y la ciudad se viste para recibir a Papá Noel. Las casas más grandes como Galeries Lafayette son las que lideran al momento de armar arbolitos y colgar lucesitas, le siguen el propio ayuntamiento de Paris, luego las tiendas más chicas y los propios parisinos. Nadie se queda afuera! Todos contribuyen al embellecimiento de la ciudad, preparándola para una de las épocas más lindas del año.

 

En mi corto pasaje por Paris antes de abordar el vuelo a Montevideo, pude ir a uno de los lugares que más disfruto en el mundo: Lafayette Gourmet. Se trata de la división «comida» de la tienda por departamentos Galeries Lafayette, y es lisa y llanamente la perdición de los foodies, un templo del buen comer. El post se lo dedico íntegramente a este sitio, que es una visita obligada, must, o como quieran llamarle, cuando van a París.

 

 

La división «food» de Galeries Lafayette no es solamente un departamento de la tienda. Es todo un edificio de tres inmensas plantas ubicado enfrente a la icónica tienda de Boulevard Haussmann. Comparte terreno con la sección «Maison» donde se venden productos para el hogar, y con sus 3500 mt2 (🙀) ofrece supermercado, restaurantes y deli shops donde se puede comprar desde especias y jamones hasta la mejor pâtisserie de todo París. Se puede comer al paso en lugares comunes y corrientes como «Pret a manger» o ponerse fancy y gastar una pequeña fortuna en «La maison de la Truffe». Todo depende de los ánimos y del bolsillo, claro.

 

 

Lo más lindo fue hacer la visita a la hora del almuerzo, donde se veía a clientes y proveedores interactuando a mil por hora. Turistas y locales poniendo a prueba la rapidez y savoir faire de los cocineros que rápidamente entregaban deliciosas comidas, todas hechas con los altísimos estándares de calidad que se exijen para poder estar ahí.

 

 

Encontrar un lugar para sentarse no fue tarea fácil, por eso recomiendo que visiten el subsuelo donde se encuentra la cafetería de la propia Galerie, pero no se imaginen que la calidad es peor! Comparte piso con algunos de los mejores restaurantes de París, que tienen su espacio aquí. Por ejemplo, «La Maison de la Truffe» es un establecimiento que cuenta con varias décadas, y en su stand ofrece el más tradicional street food, revisitado con su ingrediente estrella, la trufa. Imagínense un hot dog con trufa, una hamburguesa con trufa, o un volcán de chocolate con centro de trufa… Si se trata con respeto la materia prima, pueden explorarse caminos antes no tomados.

 

 

La oferta es tan amplia que se precisa buen conocimiento previo para no pasarse horas decidiendo qué comer. Se puede pedir desde un sándwich de jamón ibérico, sushi, comida china, griega, hasta una hamburguesa con trufa. Recomiendo el local «Mavrommatis», un local de cocina mediterránea donde me hice un surtido con falafel, hummus, ensalada de garbanzos, unas croquetitas de cordero con menta de morirse, y otras delicias más. Estaba tan rico, y yo tenía tanta hambre, que no hubo tiempo ni de sacarle fotos 😅.

 

 

Pero atención: quédense con ganas para el postre! Ahí se encuentran, todos juntitos bajo un mismo techo, algunas de las pâtisseries más renombradas de París: Benoit Castel, L’Éclair de Génie, Alain Ducasse, Pierre Hermé y tantos otros.

 

 

 

 

 

Así que ya saben, la próxima vez que estén por París tengan en cuenta mi humilde recomendación y vayan a Lafayette Gourmet! No creo que se decepcionen…

Los brownies de mis sueños

Los brownies de mis sueños

La receta que comparto hoy es una que atesoro como pocas. La primera vez que probé estos brownies fue durante un paseo en bicicleta que me hizo sudar la gota gorda! No sé si mi cuerpo estaba añorando calorías (y de las buenas) o qué, 

Madeleines caseras y esponjosas

Madeleines caseras y esponjosas

El post de hoy se lo dedico a una de las cosas dulces que más me gusta hacer cuando tengo unos minutos. Éstas son tán fáciles y precisan ingredientes tan simples, que es una salida rápida al «qué como con el té de la tarde?». 

Reina del invierno: La Fondue

Reina del invierno: La Fondue

Una de mis comidas favoritas de clima frío es por lejos, lejos, la Fondue. Reúne todo lo lindo del «acto del buen comer»: facilidad de preparación, no precisa demasiada planificación, es ideal para preparar y comer con amigos, y es deliciosa. Obvio que hay muchas versiones de Fondue y podemos elegir entre la de queso, la Bourguignonne (de carne frita en aceite, acompañada de muchas salsas), la de chocolate, etc, pero hoy nos vamos a concentrar en la de queso.

 

 

La duda que le viene a la mayoría cuando se plantea encarar una Fondue es «qué quesos compro?». Si estuviera en Europa, la decisión sería más fácil porque allá podés comprar en cualquier lado los quesos indicados, pero acá hay que conocer la variedad de la fiambrería del super para saber elegir los que mejor nos van a acercar al sabor típico.

 

Uno si viaja por Suiza o Francia, especialmente en las zonas aplinas de cada uno, se podrá dar cuenta que no hay una única Fondue. Cada zona, con sus diferentes producciones queseras, logra diferentes variedades que son usadas para darle el toque de pertenencia a una comida tan variable como ésta. En donde viví con mi marido (Grenoble) uno puede probar varias Fondues de queso, pero la clásica es la Savoyarde (foto arriba). Es muy de ellos acompañar platos pesados de queso con una ensalada verde y diferentes fiambres. Tomá, hígado, atajate este penal!!!

 

Bueno, y cómo hacemos en estas latitudes para sustituir esos deliciosos quesos hechos con leche cruda? (…) Sigamos mi receta de siempre, que hasta ahora me ha dejado contenta.

 

Antes de empezar, qué olla y qué fuego tenés? Yo tengo una olla de barro, la tradicional para ésto, pero mis hornallas son de vitrocerámica. No puedo apoyar la olla sobre este tipo de fuego, así que cocino mi fondue en una olla convencional, caliento la de barro llenándola de agua hirviendo, y cuando la comida esté pronta tiro el agua y relleno la olla de barro caliente con la preparación. Eso me ayuda a mantener caliente la comida, pero a parte prendo un mechero en la mesa. Si tenés hornallas a gas podés usar sin problemas la olla de barro.

 

Nota: esta receta figura en la categoría «sin gluten» porque la fondue no lo contiene. Servir con panes sin TACC para que siga siendo apto para celíacos.

 

Fondue de queso

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Serves: 4 Prep Time: Cooking Time:

Ingredients

  • Diente de ajo, 1 unidad
  • Vino blanco seco, 2 Tazas (500 ml) + 1/4 Taza (62 ml)
  • Queso Masdaam rallado grueso, 400 gr
  • Queso Gruyère o Gruyerito rallado grueso, 400 gr
  • Almidón de maíz, 3 ctas
  • Baguettes medianas, 2 unidades

Instructions

  1. Cortar el pan en cubos.
  2. Rallar el queso.
  3. Pelar y cortar el ajo al medio longitudinalmente. Pasarlo por todo el interior de la olla y dejarlo adentro.
  4. Poner la olla a fuego medio y calentar 2 tazas de vino. Si te gusta que se note el alcohol, apenas empiece a hervir agregá el queso, pero si preferís evaporarlo dejá hervir suave por 3 minutos antes de poner el queso.
  5. Agregar el queso y revolver con una cuchara de madera haciendo ochos. No hay que revolver frenéticamente! 😅 Basta con asegurarte que la mezcla se esté incorporando y no se pegue al fondo.
  6. Cuando el queso esté bien derretido vas a ver que por un lado está el queso y por otro el suero. El almidón de maíz sirve para incorporar todo. Disolverlo con la 1/4 Taza de vino restante, agregarlo y revolver hasta que la mezcla esté homogénea.

Listo! Llevá la olla a la mesa y bon appétit!

Sugerencias de acompañamiento: además del clásico pan, brócolis al vapor, papines horneados, champignones frescos enteros salteados, zanahorias al vapor en cubos, etc..

Notes

Se calculan 200 gr de queso por persona, pero si tus comensales son de buen diente agregá 50 gr extra de queso por cada uno.

Road Trip en Francia – parte 3

Road Trip en Francia – parte 3

Nos encontramos en la tercer y última etapa del viaje que hice hace un tiempo con mi marido por Francia. Recorrer 1536 km de rutas laterales y caminitos nos hizo ver un país diferente, alejado del clásico turismo, y poder crear nuestro propio itinerario. En 

Road Trip en Francia – parte 2

Road Trip en Francia – parte 2

En la primera parte de este relato habíamos partido de Grenoble y visitado La Provence. Ahora, estando mucho más al sur, pasamos por Montpellier, Palavas, Carcassone, Toulouse, y llegamos a Bordeaux. El recorrido tiene 508 km y nosotros paramos una noche en Carcassone. Fue ideal 

Road Trip en Francia – parte 1

Road Trip en Francia – parte 1

Hay muchos tipos de viaje, pero mi favorito es aquel en el que agarrás un auto y hacés ruta. Claro, requiere bastante más planificación que un viaje normal porque puede llegar a ser un éxito o un fracaso rotundo. Hay que calcular cuántos días viajar, cuántos kilómetros hacer cada día, dónde parar, los highlights de cada lugar… Podemos estar meses perfeccionando la ruta, pero es muy divertido ya que empezamos a viajar mucho antes de encender el motor.

Cuando viví un año en Francia no tuve oportunidad de viajar demasiado ya que estaba estudiando, pero la siguiente vez que volví aproveché con mi marido a hacer lo que llamamos «Notre Tour de France», 1536 km en total.

 

 

Visitamos muchas ciudades y nos sirvió para tener una visión global de Francia, y aunque no profundizamos demasiado en la mayoría de ellas, pudimos apreciar qué tan diferente es una región de otra.

Este viaje voy a describirlo en tres partes:

  1. de Grenoble a Les-Baux-de-Provence, de los alpes franceses a la Provence
  2. de Montpellier a Bordeaux, del mediterráneo al océano Atlántico
  3. de Tours a Paris, del valle de la Loire con sus castillos a Paris

Parte 1 – De los alpes franceses a la Provence

Desde Paris llegamos en tren a una vieja y querida, la ciudad de Grenoble. Vale la pena dedicarle 2 o 3 días para captar la onda del lugar. Es una ciudad chica pero llena de actividades y paseos para hacer en los alrededores. En época de clases (de setiembre a principios de julio) hay mucho más movimiento, más vida nocturna, y eso se debe a que Grenoble es principalmente una ciudad universitaria.

 

 

Recomendaciones

  • Grenoble se puede visitar caminando, así que no es necesario gastar demasiado en el tramway ni comprar pases.
  • Reservar hotel lo más cerca posible a la place Grenette ya que es donde se concentran los restaurantes y está cerca de la place Saint-André, zona de bares y movida nocturna. Se podría pensar que el ruido molestará, pero no es así! Los boliches están muy bien insonorizados y los bares cierran relativamente temprano.
  • Subir a la bastilla con el teleférico («les boules») y almorzar en el restaurant de la cima. Desde ahí se ve todo Grenoble en el valle, con sus avenidas y parques, y a lo lejos (en un día de buena visibilidad) se distinguen los picos del Mont Blanc y otras montañas famosas. Después de haber comido deli con una vista increíble, sugiero bajar caminando por el sendero marcado.
  • Cenar en Café de la Table Ronde : después de Le Procope en Paris, este Café-Brasserie fundado en 1739, es el segundo más antiguo de toda Francia. 7, place Saint André
  • Cenar o tomar un aperitivo en La Peña Andaluza : el clima de este bar es único, cita obligada de fin de semana cuando vivía en Grenoble. Es perfecto para ir en grupo y pedir tapas sin parar, tomar algo, y pasar un rato muy ameno. 3, rue du Palais

 

Luego de visitar Grenoble nos tocaba Avignon. La ruta tiene paisajes divinos y está bueno aprovecharlos viajando de día. Aparte, está bueno manejar de día para que los «inconvenientes» sean fácilmente solucionables como a nosotros nos pasó!

Nunca nos habíamos enfrentado a un peaje en Francia y no sabíamos como funcionaba… Saliendo de Grenoble pasamos por una barrera que nos daba una tarjetita y decía «no tirar, la necesitará luego». 150 km después vemos otro peaje, y ahí una máquina nos pedían que metamos la tarjetita… La metimos mal, la máquina no la escupía, no teníamos suficientes monedas y no podíamos poner tarjeta de crédito (en Europa se usa la versión con chip y en América Latina no)… Me bajé del auto para preguntar al conductor que estaba detrás nuestro (en el interín se había armado tremenda cola) y rápido subieron todas las ventanillas (sería por mi cara??!!). A todo eso, la máquina repetía «No se baje del auto, No se baje del auto»! Al fin apareció una operaria humana que abrió la máquina, la destrancó y nos cobró con billetes. A partir de ahí pusimos en el GPS «evitar peajes», jajaja

220 km después llegamos a Avignon, capital de la cristiandad de la Edad media y «cité des papes» (ciudad de los papas). De hecho, la religión tiene mucho que ver con la ciudad ya que desde aquí vivieron su papado 9 de ellos.

 

 

La ciudad está fortificada y mantiene muy bien su centro histórico. Caminando por las callecitas uno se da cuenta que ha entrando en la zona de la Provence, donde la lavanda es la reina indiscutida.

 

 

 

Avignon se puede recorrer en poco tiempo ya que su principal atractivo es el centro histórico. Acá se puede aprovechar a comprar regalitos para la vuelta, como por ejemplo los clásicos jabones de lavanda artesanales.

 

 

Antes de irnos teníamos que visitar el famoso puente de Avignon, protagonista de la canción infantil «sobre el puente de Avignon, todos bailan, todos bailan,…».

 

 

Después de ahí teníamos pensado visitar más interiormente la Provence y llegar a algunos pueblitos, donde uno de ellos fue construidos en la cima de una montaña.

Nuestra primer parada fue Saint-Rémy-en-Provence, 25 km al sur de Avignon, un lindo pueblito para parar un minuto, estirar las piernas y admirar la arquitectura.

 

 

Retomando la ruta no sabíamos lo que nos esperaba… Subir y subir para después bajar y bajar, y luego encontrarnos en un terreno muy ondulado lleno de olivos y viñedos. A lo lejos se divisaba una montaña en la mitad de la nada, y sobre ella Les-Baux-de-Provence.

Este lugarcito viene siendo ocupado desde la prehistoria, y llegando allí uno se da cuenta porqué: ciudad amurallada naturalmente por las rocas de la montaña, permitía a los habitantes divisar desde muy lejos a los invasores y protegerse. En el lugar se respira historia, y las fachadas más antiguas lo atestiguan.

 

 

 

Como la principal fuente de ingresos para los pobladores es el turismo, muchos tienen ventanitas de sus casas dando a la calle y disponen todo para poder vender sándwiches, bebidas y quiches a los transeúntes. Nosotros compramos una baguette rellena para cada uno y seguimos caminando para aprovechar al máximo.

 

 

Finalizada esta parte de la ruta, tomamos un descanso antes de seguir viaje a Montpellier y conocer el Mediterráneo.
Á bientôt!
Comer en Paris: 3 restaurantes + 7 reglas para evitar los malos

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Son muchos los viajeros que se enamoran de algún lugar lejos de casa, por el que dejarían todo para ir a hacer raíces, pero se contentan con volver una y otra vez. A mi me pasa con Paris y con Grenoble: ciudades en las que